Las pantallas digitales y sus efectos en la salud

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Las pantallas digitales forman parte de nuestro día a día. Pasamos mucho tiempo ante el ordenador, el teléfono móvil y la tablet, más de cinco horas diarias de media. Esto tiene consecuencias en nuestra salud y nos puede afectar a la vista y al sueño y causarnos problemas musculares. En este post te contamos cómo nos afecta el uso de las pantallas digitales y te damos algunos consejos para evitar sus efectos nocivos en nuestra salud.

Vivimos en un mundo digital en el que la exposición a ordenadores, televisores, smartphones y tablets es habitual, incluso entre los más pequeños. Pasamos más de cinco horas diarias ante estos dispositivos y con dos horas ya podemos notar los efectos negativos en nuestros ojos (Thorud, Hanne-Mari Schiøtz, 2011) ya que el ojo no está preparado para tanta exposición.  Esta cuestión ha adquirido tal relevancia que la Comisión Europea ha creado un Comité Científico para evaluar los daños que las pantallas digitales, concretamente, la luz que desprenden emitida por leds, nos puede causar en la vista. En el caso de smartphones y tablets, pasamos unas tres horas al día expuestos y el riesgo aumenta ya que la distancia a estas pantallas es menor al depender de la longitud de nuestros brazos. Además, una tablet emite un 7% más de luz que un ordenador.

Las pantallas digitales, la visión y el sueño

Además de los posibles problemas derivados que la emisión de luz de las pantallas digitales pueden causar en los ojos, también nos puede provocar fatiga ocular al pasar tiempo delante de la pantalla con la vista fija. Esto nos puede ocasionar lagrimeo, cosquilleo en los ojos e, incluso, dolor de cabeza. Para evitarlo, es recomendable parpadear con frecuencia, descansar cada la vista cada veinte minutos, dormir las horas suficientes y mantener una distancia respecto a la pantalla de 300 mm como mínimo en el caso de smartphones, ordenadores y tablets y el doble de su anchura en el caso del televisor. También es recomendable mantener el ángulo de visión adecuado; a la altura de nuestros ojos o levemente más abajo.

En este video podéis ver de manera gráfica algunas de estas recomendaciones:

En referencia a la utilización de filtros azules en las pantallas digitales para prevenir daños oculares, la Sociedad Española de Oftalmología advierte de la necesidad de una mayor evidencia científica al respecto.

Respecto al sueño, existen diversos estudios como el de Chang el al., 2014, en que se alerta sobre los efectos de la luz de las pantallas digitales en el ciclo circadiano. La luz afecta a los ritmos biológicos que determinan los patrones de sueño en las personas. Además, la luz azul que emiten los led interfiere directamente en la producción de melatonina, necesaria para podernos dormir (Hysing, M. et al, 2015). Por ello, si miramos la pantalla en la oscuridad antes de dormir, la luz que desprende puede dificultar que conciliemos el sueño y provocarnos problemas de insomnio. Por eso, es recomendable limitar el uso de las pantallas digitales antes de irnos a dormir. Y recordemos que, a menos luz, hace falta menos brillo en la pantalla, no al revés.

Las pantallas digitales y los problemas musculares

Ya hemos hablado en el blog de los problemas musculares que puede ocasionar la mala postura que mantenemos cuando observamos las pantallas digitales. Tensión en el cuello, brazo, muñecas, que pueden evitarse con una buena higiene postural y reduciendo las horas que pasamos ante los dispositivos.

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