Caminar por la playa tiene numerosos beneficios para la salud. Andar por la arena favorece el sistema cardiovascular, mejora el flujo sanguineo y genera endorfinas, reduciendo el estrés y proporcionando un efecto de relajación y tranquilidad. Sin embargo, al caminar por la playa hemos de tener en cuenta algunas precauciones para que el paseo por la arena sea lo más beneficioso posible. Desde EPTE, en este post te las contamos.
1. Al caminar por la playa la superficie está inclinada
La superficie de la orilla del mar está inclinada. Por tanto, los músculos, tendones y articulaciones padecen una posición extraña. Es decir, la pierna más cercana a la orilla va menos flexionada que la más alejada, el pie más alejado está más alto que el más cercano y ambas caderas tienen una abducción diferente. El resultado es un movimiento asimétrico que implica que una pierna se cargue más que la otra. Para evitarlo, es recomendable cambiar el sentido de la marcha cada 15 minutos. De esta manera, variamos la carga de una pierna a la otra. Tener en cuenta también al caminar por la arena apoyar primero el talón y después la planta.
2. Mover los brazos y las manos
Al caminar por la playa, es muy frecuente que notemos hinchazón en las manos. Esto se debe a que al caminar realizamos una actividad física. Por tanto, aumenta la demanda de flujo sanguíneo hacia el corazón, los pulmones y los músculos y disminuye hacia las extremidades como las manos. Además, si caminamos por la playa en verano, el calor aumenta el riesgo de hinchazón en las manos. Para que no nos ocurra, debemos mover los brazos y las manos mientras caminamos y facilitar así el riego sanguíneo.
3. ¿Arena seca o arena mojada?
Caminar por la arena seca implica un mayor esfuerzo que la arena mojada al presentar más resistencia al andar. También implica un mayor desequilibrio y, por tanto, un riesgo mayor de padecer lesiones. Es recomendable pasear por la arena mojada para evitar agujetas u otras dolencias musculares.
4. Cuidado con los cortes, picaduras, quemaduras…
Al caminar por la playa solemos hacerlo descalzos. Por eso, podemos sufrir pequeños cortes o incrustaciones de moluscos, quemaduras, e incluso picaduras de insectos o de medusas. Hemos de fijarnos bien en la arena cuando caminemos y utilizar escarpines para caminar por la arena caliente o si hubiera rocas. Si nos mojamos los pies, hemos de secarlos convenientemente entre los dedos para evitar infecciones. También debemos tener en cuenta que la erosión de la arena reseca la piel más de lo habitual, por lo que debemos hidratarla después del paseo.
Si vamos a correr por la playa, o a practicar otro deporte sobre la arena, debemos hacerlo con el calzado adecuado. Aquí te dejamos algunos consejos al respecto del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid.
5. Caminar por la playa a determinadas horas e hidratarse
Debemos caminar por la playa en verano a primera o a última hora del día. Así evitaremos posibles insolaciones y quemaduras en la piel. Es importante protegernos con una gorra o un sombrero, llevar gafas de sol homologadas y utilizar crema protectora del sol. También hidratarnos adecuadamente, por lo que podemos llevar una botella de agua en nuestros paseos por la arena.
Pero, sobre todo, disfrutad del verano, del sol, del mar y de las vacaciones.
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